Cada vez que revisamos investigaciones en donde se mencionan los tranvías de la capital, con cierta regularidad notamos un error que lleva repitiéndose por más de 140 años: diversas publicaciones señalan que el debut de los «carros de sangre» en Santiago habría sido el 10 de junio de 1857. Sin embargo, tenemos absoluta certeza de que aquello no fue en dicha fecha sino un año exacto después: el 10 de junio de 1858.
El origen de un error
¿Cómo fue que se empezó a esparcir el dato incorrecto de que la inauguración del tranvía habría sido en 1857? Allen Morrison, en su libro «Los tranvías de Chile. 1858-1978», señala que «Chile Ilustrado» de Recaredo Santos Tornero, publicado en 1872, sería la primera referencia que señala el 10 de junio de 1857, sin que Tornero mencione la fuente de donde habría obtenido ese dato. Morrison también señala que, dado que en «Chile Ilustrado» se entregaba una fecha precisa, probablemente nadie la cuestionó y se tomó como verídica con el paso del tiempo, llevando a que el error apareciera en decenas de publicaciones, estudios e investigaciones a lo largo de las décadas.
Pues bien, revisando documentos de la época podemos verificar que el primer tranvía de Santiago comenzó a circular el 10 de junio de 1858 y no en 1857.
La evidencia
Los documentos que a continuación presentamos son todos anteriores a 1872 (año de publicación de «Chile Ilustrado»), lo que nos da más luces sobre la verdadera fecha de inicio del tranvía y nos demuestra que lo señalado por Tornero corresponde a un error.
El primero de estos corresponde a la «Historia física y política de Chile» del famoso investigador Claudio Gay, especialmente el segundo tomo de Agricultura (publicado en 1865), en donde se menciona claramente como fecha de inicio del tranvía de sangre el 10 de junio de 1858.
También obtenemos otros datos interesantes en un escrito judicial de 1870, en el cual se aclaran algunas fechas relacionadas a la autorización que otorgó la Municipalidad de Santiago a la empresa del Ferrocarril del Sur para instalar el ramal de sangre en la Alameda. El permiso fue solicitado recién el 10 de julio de 1857 (y otorgado el 23 de octubre), por lo que resulta imposible que en junio del mismo año ya estuviera operando la línea de tranvías de sangre.
Otro documento que corrobora el dato es la «Estadística Anual de la República de Chile» de 1863, en la cual existen reseñas de las empresas de ferrocarriles funcionando en aquel momento, y donde se especifica que en junio de 1858 el «ramal de la Cañada» fue entregado al público.
La Memoria del Ministerio del Interior correspondiente a 1861 corrobora el dato de la fecha de apertura, ya que en las estadísticas entregadas sobre ingresos del Ferrocarril del Sur comienzan a presentar el «ramal de la Cañada» en un renglón aparte desde el 10 de junio de 1858. Los Informes Anuales de la Junta Directiva del Ferrocarril del Sur también confirman la información entregada, especialmente el informe correspondiente a 1858, que contiene datos hasta el 30 de septiembre de dicho año.
A modo de conclusión, esperamos que el presente artículo y las referencias entregadas sirvan para otorgar mayor claridad respecto a una fecha de especial importancia para el transporte de la capital, y no deje lugar a dudas sobre el momento exacto del debut de los tranvías en Santiago.